sobre un futurista

Sobre...

¿Por que insistir en que hay algo para hacer con la tristeza?  Simple historia de un amor silvestre. Manuel muda su casa a la calle y la gente lo mira mientras graba finales de películas. Los recuerdos se mezclan con los detalles del día. Manuel se desviste y la ropa cuelga húmeda. No termina de llover y Manuel escribe estoy bajo la sombra de lo que no se y lo que falta armando un árbol con palabras.  La obra es un unipersonal y desde esta arbitrariedad la pregunta ¿se está solo cuando la despedida no termina? El trabajo se centro en la búsqueda de formas que movilicen la palabra. Un lento proceso de entendimiento con el material. La idea sobre el sentimiento comenzó a circular y desplegar sentido por circuitos que luego denominamos túneles.  Los textos fueron creciendo desde esa necesidad de movimiento que se capitalizó como signo del personaje. Su particular forma de hablar y desenvolverse. La carga poética en los textos se relaciona al deseo de exponer la tensión entre los pensamientos y sensaciones. Palabras que cuentan imágenes, oraciones que redoblan su expresión en un gesto. El detalle se loopea y se monopoliza la acción: mover, desvestirse, grabar, hablar por teléfono, contar granos de azúcar. Indagamos en la poesía al servicio de procedimientos de actuación. Nos apoyamos en la repetición de fragmentos para producir estados y resignificar las palabras.  Situamos la relación del joven con sus cosas y recuerdos en un espacio perdido, húmedo y hostil. La urbe llego a lo último: Manuel se muda y se transforma, una maniobra de salvataje. El joven habita un universo que debe redefinir y sale a la calle, un transporte hacia la intimidad en convivencia con lo público.  La historia se enmascara en el despojo, y el lente que mira puede hacer zoom sobre un terrón de azúcar o en la imponente cabina de teléfono jugando con la sombra de la noche, en los bocetos de dibujos que se proyectan o en el intento ciego de observar finales de películas. Manuel provoca y nos provoca, aún con la paciencia. Trabajamos bajo la consigna de extremizar y hacer estallar la decisión. Manuel abre el interior para exponer su construcción de realidad, sabe de su tristeza tanto como del agua de río que corre sin fin.

Un Futurista ciego



¨ bien que deseaba adelantarse hacia el futuro para que el presente ya fuera pasado y de nuevo intentara comprenderlo como si ese juego de perder lo llamara en vicio y misterio. Trataba la sinceridad como si ese fuera el modo de ver la realidad¨  Clarice Lispector.

*

Los muebles de la casa de Manuel están en la calle.
Una mesa, un sillón, ropa mojada cuelga del tender.
Sobre el sillón hay cassetes y un grabador con forma de gato.

* *
(Silencio).
Penumbras. Manuel con el piloto empapado.

Manuel: Salí a la calle para empaparme con la lluvia y que se cure la herida, así se inundan de una vez por todas los cráteres que tengo en el pensamiento y no quedo dentro en este lento simulacro que  hace creer que estoy encendido y lo que estoy haciendo es otra cosa más parecida a la fermentación. Me mude  para poder caminar y sacar músculos en las piernas, estar fuerte y no encapsular mi cariño en un triste final. Salí a la calle y me di cuenta que tenía que ir sacando los muebles de apoco hasta tener una casa  silvestre.  Vivir de una manera salvaje para sentirme útil, ni siquiera se de donde viene la necesidad de sentirme útil, es algo que hago porque lo estoy haciendo y en el hacerlo me doy cuenta que lo hago, como cuando dibujo y voy encontrando líneas más claras líneas que se fugan y forman los dibujos.



1.
La calle.
Luz. Manuel con la casaca de mozo.

Manuel: Es increíble como en un momento es una cosa y en otro es otra cosa totalmente diferente. Voy al kiosco a pedir cambio y nada, es increíble que los kioscos de las anécdotas siempre estén en esquinas. Voy a mitad de cuadra y ni bien piso el bar se cae el cielo. Literal. Me siento en la mesa de la ventana libre y la calle vacía. Es increíble como la gente le huye a la lluvia. Solo una mujer parada. Una mujer valiente y expectante. Con la típica cara del que quiere matar. Cuando viene el mozo le pido un mate cocido. Me gusta la combinación con la lluvia y la ventana. El mozo flaco, flaco, flaco, recién sacado de un cuento, no entiendo ni como hace para sacarse la ropa. Le pido azúcar y me trae un terrón. Donde yo trabajo no hay.
Conté cuantos granitos tiene aproximadamente, entre sus paredes y el interior, es un aproximado blando.
La verdad es que cuando tuve el terrón entre mis dedos lo primero que  pensé fue otra cosa. Imaginé llenar la superficie del piso con terrones de azúcar y completar absolutamente todo el espacio. Caminar por encima y derretir con mi andar la estructura cúbica del terrón, pero no, en general hago más rápido lo que esta a mi alcance y no exactamente lo que imagino.
Lo puse entre mi índice y mi pulgar. Presioné con fuerza. Mis yemas comenzaron a transpirar y enrojecer. La destrucción inminente. Dejé que los restos cayeran de a poco y prolijos en la mesa, ayudé con un masaje pulidor a la desintegración. Miré con entusiasmo la nueva forma del terrón e inicié la cuantificación con paciencia.
Conté 517, un aproximado inexacto innecesario, blando.
Le pregunté al mozo si sabe donde queda la fábrica de azúcar en terrón y me dijo que no, para mí que no me quiso decir. Igual es un buen mozo ¿yo soy buen mozo? No es lo mismo ser buen mozo que buen tipo. Antes de salir del bar el mozo me agarra fuerte del brazo y me dice:
- pibe vos sos tu propia tendencia potencia tu propia tendencia.
No sé que me quiso decir, pero lo tome como un presagio oculto. Porque cuando terminó de hablar me dió un terrón de azúcar y se fué. Lo que conservo del mozo es un talismán. En el papel que envuelve el terrón figura un teléfono. Voy al locutorio de la avenida. Marco y me atiende un tipo. Es una empresa distribuidora, a ellos les llegan terrones y los reparten.
- Si, hola, qué tal, quiero saber como los hacen, si, claro, a los terrones, ¿cómo que no saben?,  ¿por qué no saben?, disculpame, ¿a ustedes no les llegan terrones y los reparten? pasame con el encargado,  quiero hablar con la fuente ¡comunícame con ellos!
El tipo muy maleducado me corta. Me quedo re caliente porque cuando me obsesiono con algo no lo puedo evitar y ni siquiera es una obsesión, es el terrón que me regaló el mozo en el bar.
Busco: terrones de azúcar. Aparece: sugar lump. No hay fábricas publicadas pero si métodos de producción casera. Químicamente es sacarosa ultra pura que se obtiene de azúcar blanco por disolución y recristalización. Hay que dejar solidificar una masa cocida de azúcar, centrifugar y lavar con solución saturada de azúcar refinada. Lo más importante es su pureza, es extremadamente sensible a la humedad y pierde estabilidad. Puede degradarse y sufrir invasiones de moho y fermentar. Lo que hago yo con los terrones técnicamente hablando se llama abrasión. Abrasión: daño de fragmentación.

Apagón.

2.
En una cabina inaudita.
Luz. Manuel con el tubo en la mano.

Manuel:
¿hola? ¿sos vos?
¿hola? ¿estás ahí?
viste el bicho de mierda  que aturde de noche
no está más
pensé que quizás se metió en tu zapato y  lo aplastaste
trae mala suerte aplastar esa clase de bichos
me parece que te olvidaste ropa y algunas plantas
las estoy cuidando atendiendo de que no se apolillen
a mi me gustaría escuchar tu voz me parece que eso sería bien ¿no?
la gente pasa y me mira mientras estoy sentado mirando pasar el agua de la lluvia
la gente me mira me mira me mira y tengo la típica cara del mozo que putearia fanático pero no es tan así estoy suspendido con el agua que cae cuando llueve no queda nadie en la calle es increíble como la gente le huye a la lluvia la calle húmeda vacía y estoy quieto hago cosas todo el tiempo y a veces hago nada soy el que mira pero estoy sentado mientras la gente pasa y son ellos los que me miran creo que desde lejos veo el llanto en sus ojos debe ser la lluvia que nos separa lo veo todo a través de la pantalla cristalina de las gotas se está limpiando el paisaje el cielo necesitó estallar y no hace tanto frío el asfalto esta resbaloso y la gente se cae al piso y se ahoga en un charco por eso me pongo las botas azules de goma para evadir los pozos y deslizarme entre tanta caída que puede ser la definitiva la tormenta varía por momentos se pone todo negro apocalíptico es un final temible pero después es como una niña tranquila que moja y no lástima al final busco el momento para parar y mirar al final de cuentas es la lluvia que no quiere terminar de caer el final lo pienso con una palabra
partir
por alguna razón se que lo que avanza está lejos
y se está por desprender
o no sé
lo específico de este día se diluye en un río que se parte
o no sé
digo porque no se que decir.

Apagón.

3.
La lluvia con imágenes que caen.

Luz, Manuel con el gato grabador.

(Manuel graba)
Manuel: Hay dos personajes que buscan la intimidad y la forma de construir un amor silvestre. Pero fracasan a menudo por la costumbre de los finales trágicos. Ella me gusta con el pelo corto y que entre a la habitación. Viene de la función, se fue a comer. Entra un poco ebria. Lo ve a El acostado. El cuerpo del varón representa la muerte. Ella se agarra de las paredes. Pasa delante de un biombo que hay chino, oriental. Se pone de espaldas, se desviste. Para mi la espalda de una mujer representa la soledad del hombre. Es una imágen que tengo hace mucho, me parece oportuno que se vea eso. Sigue caminando, se cruza con un espejo, se mira y se toca el maquillaje. Primer plano de su mirada. Se refleja la ausencia. Lo que no existe entre los dos. Se aman, comparten el espacio pero hay algo que no esta.  Ella por su lado acarrea un silencio y el por el otro se baña de algo invisible. Una especie de accidente interno los evita. Ella relata algo sobre El y camina por el espacio. No reconoce la distancia entre ella y los objetos. Encuentra su salto de cama. Se viste, se mira en el espejo y se gusta.
Ella le quiere hablar.
Piensa y se adelanta al futuro sin hablarle:
- algo de lo convencional se desprende. Te hubiera dicho por última vez lo que pienso del tiempo y su distancia con mi piel. No que es un manto invisible que cubre y me vuelve atemporal, no. Es específico aunque este en movimiento constante. No soy un fragmento y algo del ejercicio que hago para alejarte me vuelve ágil. Es así. Te despedí solo con la mirada, una mezcla de temor con algo más que no tienen nombre pero lo llevo guardado, adiós, adiós.

(Manuel da vuelta el casete y escucha)
Grabación de Manuel:
Ellos están en una habitación prestada. El desnudo, se mira los pies. Ella colocándose la última prenda lo mira. En unos instantes va a comenzar a llorar. El entonces será sordo y no la va a escuchar. La mujer camina descalza hacia el baño. Dentro todo es blanco aun siendo la noche. El inodoro es su asiento y se humedece el rostro con algodón y agua. Abre la puerta y deja salir luz. El sigue al borde del colchón y espía los movimientos de la sombra en el baño.  La cadena se lleva todo.  Ella aparece, El le saca la mirada. Ninguno habla.  La cámara por debajo de la cama muestra los restos del amor, los tacos y el traje.  Ella se calza, agarra el paraguas. Permanece parada y vestida. Lo besa en la frente esperando ser detenida. El brazo nunca se extiende, se escucha un portazo. Por la rendija se ven los zapatos caminando dispares, algo la hace tropezar. Solo sus tobillos finos cortan el paisaje. El deja de mirar y se estira en la cama desecha. La cámara lo toma por completo desde arriba. El está desnudo y su cuerpo se cubre de pelos, algunos largos quedan de ella. El lo toma y enrula. El dedo anular esta en primer plano, como si de ellos dos juntos solo quedara un dedo y un pelo. El esta solo en la cama, Ella camina por el pasillo. Se escucha el silencio.

(Silencio)

Penumbra.
La silueta de una mujer, Coni.
Manuel se acerca. La mira. Le habla.

Manuel:
Tengo días malos, muy malos.
En los que no puedo. Debo estar triste.
Tengo días y días, también tengo días buenos.
Yo soy un día.
Un día distinto. 
Hay veces que despierto con la rara sensación de que es la primera vez que me levanto.
Sos tu propia tendencia alguien me dijo potenciá tu propia tendencia.
Los días son  parecidos, en algún lugar debe estar lo específico.
Anoche me pasó de dormirme sin darme cuenta, deje de estar despierto de repente y en el sueño estoy parado en el agua. Es un sueño en el amanecer, me di cuenta por el tipo de colores del cielo.
Te dije mal, no  floto arriba del agua. Yo soy parecido a mí. Parado en una pequeña isla y sin flotar en el agua. Mis pies contra la tierra en un espacio diseminado con muchos otros accidentes geográficos. Y mucha flora acuática, pero no flores de loto, el agua es limpia, viste que crecen en el fango, eso es hermoso de las flores de loto.
(Silencio)

Coni:
Lo que no entiendo es porqué si en la imágen estás rodeado por el agua clara te sentís triste
(Silencio)
Manuel:
Porque a unos metros míos, lejos, hay una cantidad de aves rosas, aves de plumaje rosa y largas finas patas.  No me acuerdo el nombre real del animal, pero si que me miraban fuerte. Por un momento me sentí acusado por la fauna.
Un sueño silencioso.
El trailer de una película muda.
Coni:
¿ escuchaste alguna canción como si fuese tu preferida?  

Coni enciende un grabador.
Escuchan.
Coni saca una fruta redonda.
Comen.
Apagón.

4.
En busca del túnel con luz.
Luz. Un Sueño.

Manuel: Se nubla el sentido y avanzo con una percepción rustica que me sugiere indicios y me alienta sereno donando una razón, que no es lo mismo que un sentido. Camino en esa dirección inversa, que no es ir para otro lado, es deletreadamente estar inverso. Me entrego sin otra opción  en el derrame del circuito inaccesible. Imagino los cuerpos de las personas que nunca vi compartiendo el mismo gesto. ¿Puede pasar que lo que imagino me deje ciego? ¿Imagino lo que quiero o imagino simple lo que imagino? ¿Desde cuando estoy así? pienso que desde la partida del amor, desde que quede travestido en lo indiferente. En mi cerebro tengo la imágen de las mil aves rapiñas suicidándose en bloques de películas. Fragmentos fantasmas que se quieren imponer en mi forma de caminar.

Apagón.

5.
Hacia un fin.
Luz. Manuel con el gato grabador.
(Manuel graba)

Manuel: Ella con el piloto húmedo camina sobre un muelle.  Los zapatos son los mismos durante toda la película. Hay algo de lo que ella pisa que no vuelve, pero esta.  Se separan arrepentidos. Todo esta en periodo de despegue.
El barco sale y el le dice:                                                                                                                                        - ¨necesito poco de ti, como si solo un pie me fuese necesario¨
No hay nada y todo lo que cambia se abre. El no es ningún dios, ella tampoco. Se muestran la finitud que traen desde lejos. La palabra dios se abre y muta a luz que viaja por el agua debajo del barco como un recuerdo. El amor no es la imágen que ellos tienen de si. El amor es el punto revolucionario del choque.

Apagón.


* * *
(Silencio)
Penumbras. Manuel con el piloto empapado.

Manuel: Llamo a un compañero del trabajo, el cafetero. El no solo hace café si no que se da mucha maña con las máquinas, el tipo es bastante agrio no es mal compañero pero es distante y le llamó mucho la atención que lo llamara. Ni  asome el tema que ya enseguida le hable otra cosa inventando cualquier excusa al pasar, se nota que no quiere escucharme y lo único que llego a decirme es que tire ese gato siniestro. No voy a poder escribir  un terrible final de amor para grabar. Quizás me equivoqué y no sea yo quien pueda honrar la ausencia.
Si ella estuviese acá le diría que tengo los días ocupados en una ceremonia que no tiene estampitas porque no me gustan los santos y porque prefiero que sea una celebración. Tengo los músculos de las piernas y los brazos fuertes pero yo necesito noches para imaginar.
Sueño cuando amanece. Estoy rodeado por el agua hundido en una zanja. De un lado está el río y del otro el mar. Estoy quieto y tengo una valija en la mano, que no pesa pero por el tipo de manija que tiene me lastima la mano, tengo la sensación  húmeda en la mano. Estoy en soledad que no es lo mismo a estar solo porque hay otras personas cerca.  No estoy triste. La voy a querer mediante el tiempo.
A lo lejos, las aves se pierden y cruzan la línea del horizonte.
Ahora me callo y escucho como respira la ciudad.
Apagón  y el  final.
* * * *
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