Material de Prensa

 
 Un Futurista ciego.

"Es un trabajo plegado de imágenes bellas y evocativas. Su trabajo de puesta en escena, precisa, casi obsesiva, pone el acento en cada uno de los mínimos movimientos de sus dos intérpretes, logrando condensar en escena un texto evidentemente poético interesado en el peso de la palabra y la forma del discurso. Una obra de una candidez y frescura poco habitual"
David Jacobs. Periodista Teatral

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Por: Matías Timpani (Colaborador)
matias.criticunder@ymail.com

Calificación: ★★★★★

Hay espectáculos que logran inspirarme, que me modifican en un solo instante, donde pareciera introducirse un inicio para siempre, para todo lo que vendrá. En esta obra un conjunto de formulaciones planteadas hicieron que me intuya diferente. Pido disculpas al lector por mi escasa objetividad en esta ocasión, pero no soy “crítico”, no sé muy bien qué es eso.

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La sinceridad donde se abren los tiempos, allí, en lo más cotidiano, rústico, y paradójicamente añejo (el mérito en esta atmósfera creada, es de la música, elaborada por Carminha Villaverde) es el único futuro posible. Allí, donde los tiempos se anulan sobre un presente tan vívido por sencillo, en esa verdad que siempre es una apuesta hacia delante, un recordarse en lo más sensible: Se ofrece una prolifera Actuación.

Perdón lector, estas líneas me reclaman más poético y subjetivo que de costumbre, porque una verdad me fue revelada de un modo genuino: El tiempo en que uno opera sus razonamientos, cavilando sin amor, en el momento más imparable y analítico del pensamiento alejado del amor, por más útil que nos parezca, pertenece al imperio de la indiferencia.

El protagonista de esta obra, con unos textos que sencillamente agradezco a Eugenia Pérez Tomas, vocifera una sutileza: “me di cuenta que era así, desde que quedé travestido por la indiferencia”. Y quizá comience en ese reconocimiento un paulatino inicio para recrear el amor, en su justa medida, es decir, en su tiempo del uno más uno en dos. Donde los registros y grabaciones de las constantes hipótesis de este personaje enrarecido por su poder de abstracción, por su excesiva capacidad de análisis abarcada casi al infinito, y desde un comienzo (cuando cuenta las posibilidades de separación que ofrece un terrón de azúcar, que pronto pudiera asociarse al de Oliveira en “Rayuela” de Cortazar) toda esa maquinaria de especulaciones, esconden en realidad, la necesidad de inmortalizar el todo, por partes.

Partes que continúan reproduciendo el olvido, pero que al reunirlas por amor, cuando se descubre la falta durante el ejercicio impune de la indiferencia, queda un escape: Es el lenguaje de la historieta, que proyectado sobre una tela rústica organiza los tiempos a modo de crónica. Pero para ese instante, el futurista (ése viajero de las discursividades disponibles en el tiempo) ya está acompañado. Dispuesto a lo sencillo en un picnic, preparando en otro guiño al final: un preludio para el amor. Bellísima obra para disfrutar, en el Camarín de las Musas.

http://criticunder.blogspot.com/2011/07/un-futurista-ciego-en-el-camarin-de-las.html

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Un Futurista ciego


La soledad y sus imagenes. Critica Teatral.
Manuel está solo. Un futurista ciego elige contarnos esa soledad, matizada por ciertas presencias poéticas: un gato grabador, un mozo profético, una mujer que ya no es la suya.
Su discurso interno se exterioriza, a la vez que transita por un espacio extrañado: no sabemos si exterior o interior. Una cabina telefónica, apenas le propone una llave, o un orificio de cerradura, para establecer contacto con un otro hostil o ausente; otro que no satisface sus necesidades porque no le contesta, o porque no le contesta lo que quiere saber. El cine, como posibilidad de construcción de finales truncos, de pensar en imágenes para procesar lo que, al parecer, es una ruptura dolorosa. 
Desde lo textual, el espectáculo no construye un relato, sino que se apoya en una serie de imágenes que acompañan los textos, y se estructura en bloques, de acuerdo a los temas u obsesiones del personaje. Toma la forma de un monólogo, apenas intervenido por la presencia del personaje femenino. El tono este monólogo comienza a volverse uniforme, y es allí donde, en opinión de quien escribe, la propuesta se torna un poco inasible. Si bien, tanto el contenido poético del texto como el de las imágenes, construye secuencias cargadas de belleza e intensidad, el hecho de que la acción no eclosione, y de que el ritmo se instale en una cadencia monótona, hace que el espectáculo corra el riesgo de devenir una especie de muestrario. No deja de ser interesante, fundamentalmente porque abre la puerta a un universo particular, meticuloso y único, de esos que dejan ver el alma de quien los ha creado. Y, como todo, es cuestión de gustos: siempre hay un público para cada propuesta.
Sol Lebenfisz
http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=3022

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Un futurista Ciego
Como hacer un terron de azucar. Critica de RED Teatral
Un futurista ciego es una breve historia, que se disfruta desde el comienzo de la primera palabra dicha por este ser que deambula entre las diferentes fantasías que se puedan imaginar. Solamente en la mente de un hombre solitario puede transcurrir, que se nota abandonado por una mujer que supo ser su compañera en la vida y en sus viajes.

Manuel es un personaje querible desde el momento que lo conocemos con su impermeable, hablando en una cabina telefónica donde el ser se confiesa abandonado y pidiendo a gritos que ese amor que ocupaba su existencia vuelva.

Este espectáculo podría retratarse como un ensayo de la soledad varonil, de cómo pasa Manuel su existencia diaria; mas allá de su labor como mozo en un bar, al punto de contar que cantidad de granos hay en un terrón de azúcar, pero a no asustarse estamos ante un idea original, o digamos real de lo que hacemos cuando nos inmovilizamos un momento para percibir que pasa en nuestro entorno.

Manuel imagina historias que las hace películas, muy bien expuestas con la proyección de unos bosquejos tipos de un director de cine, esto es también uno de los aspectos positivos a detallar en esta obra.

Verenos el pasado, el presente y porque no el futuro ciego de este personaje que nos cuenta su ser mas intimo.

Con un acertado protagónico de Cristian Jensen quien lleva la historia en sus hombros con una concentración digamos onírica, nos demuestra lo que siente con sus movimientos con sus miradas, con su cuerpo. Lo acompaña Constanza Zarnitzer en una especie de pasado amoroso que bien puede ser también su amor soñado.

La historia se esfuma en un tiempo corto ya que no supera la hora, no por esto pierde potencia sino al contrario se podría estar presenciado un poema ideado por la directora Eugenia Pérez Tomas con una basta trayectoria literaria.

Obra ideal para disfrutarla el domingo por el barrio de Palermo con un cafecito y un libro debajo del brazo.

GUSTAVO MARTIN SCUDERI

http://www.redteatral.net/noticias--como-hacer-un-terron-de-az-car--

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FALSO HERMANO (ARG)
TEATRO


*por Constanza Zarnitzer.  : )

Falso Hermano son Eugenia Perez Tomas y Cristian Jensen. Lo suyo es puro teatro y experimentación. Ella dirige y escribe, él actúa. Ella traduce en los textos una sensibilidad y excitación poética que perfora, él tiene una sutileza que transporta.
Se conocen en un taller de teatro, estudian en el IUNA juntos, comparten amigos y vacaciones. Una noche Eugenia decide mostrarle a Cristian algo que estaba escribiendo y salvajes se mandaron a hacerlo.
La gente los ve parecidos, casi hermanos, si bien físicamente no lo son su energía se complementa intraduciblemente. De repente surge el concepto Falso Amigo, que son palabras de distintos idiomas que tienen pronunciación similar o se escriben parecido, pero en realidad significan cosas diferentes, y de ahí Falso Hermano.
Vienen trabajando en Un Futurista desde 2009. Empieza con una cruza de textos poéticos y posibilidades de maniobras expresivas que vehiculicen desde el cuerpo del actor las palabras. Muestran el material en diferentes partes del proceso hasta llegar a lo que es hoy. Al preguntarles hacia dónde van ahora, responden hacia el mundo, alto destino.
Sus referentes para la obra son la poética de Clarice Lispector, We with me de Eric Khoo, la atmósfera de Harina de Roman Podolski, la banda de sonido de Una historia sencilla de Lynch, el camarero del bar La Orquídea en Almagro, los lunes a la madrugada.
Cuando no están haciendo esta obra, Cristian actúa en el Niño de Melina Marcow, escribe un proyecto para TV con el Grupo Mínimo, trabaja en publicidad y como camarero. Mientras que Eugenia, asiste a la Compañía Vilma Diamante de Ariel Farace, trabaja en una cocina e imagina una nueva obra.
Los conocí por un amigo y empezamos a compartir cosas lindas de la vida. Hasta que un día comencé a involucrarme en el proyecto, ayudando en producción. La obra era un unipersonal, pero me engatusaron y terminé apareciendo en escena un ratito.

 mas en....
http://pulpamag.com.ar/falsohermano.html